jueves, 28 de julio de 2011

La lucha de Dichato.

La lucha de Dichato.

El día viernes 22 de julio llegamos con Iván, Claudio y Guillermo a eso de las 9 y media de la mañana a Dichato. Caminamos desde el cementerio de la localidad hasta llegar a la primera Aldea, en el recorrido nos encontramos con una zona donde la represión estaba a simple vista, la provocación de la autoridad policial era evidente, y las barricadas servían de protección a los pobladores que reclamaban y exigían la atención inmediata de las autoridades a sus legítimas demandas. Al frente de los pobladores, a unos 200 metros, se instalaban las Fuerzas Especiales, con una "micro" y un "zorrillo", mismos personajes que a las 7 am invadían el campamento, despertando a los dichatinos violentamente, inundando con agua del "guanaco" la Aldea y lanzando ese toxico líquido a las mediaguas habitadas por jóvenes, niños, ancianos y bebes, además de una lluvia de bombas lacrimógenas lanzadas con total descriterio al interior del campamento.
Nuestro viaje era con la sola intención de apoyar en lo que pudiésemos y requirieran los vecinos de la Aldea, y al llegar nos encontramos con una admirable organización de los pobladores, que se alimentaba de la solidaridad, convicción, sacrificio, y la lógica indignación que el pueblo de Dichato siente.
En la Aldea existía un calor humano, una fraternidad transversal, una solidaridad, una causa común que unía a todos los que estaban ahí, lo que generaba un alegría particular que se podía sentir en el espíritu que abrazaba al movimiento. El mismo espíritu que llenaba las almas de los que llevaban resistiendo 3 días una represión desproporcionada, transmitiéndonos su sentir y recibiéndonos amigablemente, entendiendo que veníamos a sumar y aportar a la lucha que era eminentemente de ellos.
La integración fue rápida, la conversación era fluida, y los oídos de los pobladores, así como los nuestros, se retroalimentaban tanto de pequeños consejos esgrimidos por nosotros, como por el digno testimonio de resistencia que nos entregaban los Dichatinos. Luego de un rato, la presencia de Iván los fue marcando, nuestro amigo jesuita jugó un rol necesario e importante en la unificación de posturas por parte de los dirigentes, quienes representaban a más de 800 familias, canalizando las demandas de los Vecinos, quienes valoraron desde un primer instante la ayuda, siempre sencilla y honesta, sin ningún doble discurso de nuestro compañero Iván Navarro SJ.
Ese día en Dichato pudimos ser testigos de una praxis cristiano liberadora, de actitudes dirigidas a desmantelar, un mínimo, del gran foco de opresión del cual han sido víctimas los pobladores de las Aldeas durante casi 2 años, viviendo en condiciones durísimas, y después de haber experimentado la tragedia más fuerte de sus vidas.
Es por todo lo anterior que da mucha rabia escuchar declaraciones esgrimidas por la "Autoridad" afirmando que existe una infiltración de grupos subversivos que dirigen las protestas, de jóvenes que quieren instrumentalizar el conflicto, de fracciones políticas que se están empoderando de la lucha dichatina, les aclaro, que eso no se dio bajo ningún escenario, y por una cosa muy simple, los pobladores de Dichato nos dieron un ejemplo de Unidad, Trabajo, Temple y Organización.
No podemos tener autoridades políticas que al no poder entregar soluciones reales, tengan como solución a los problemas, la represión de la ciudadanía que representan, la violencia en contra de aquellos a quienes tienen que ayudar, silenciar a quienes se manifiestan por el Derecho a vivir en condiciones Dignas, el Derecho a exigir que las Autoridades cumplan sus promesas, a rebelarse en contra de quienes aún no entienden que no se puede ni debe jugar con la vida de unas personas que no les quedó más remedio que levantarse y protestar contra un sistema que no los escuchaba, y que además quiso acallar con abuso y violencia desmedida el grito de justicia dichatino, que final y felizmente se escucho en todo nuestro país.

Pedro Cisterna Gaete
Vanguardia Cristiana Alberto Hurtado.