martes, 29 de noviembre de 2011

Cristianismo, una dialéctica histórica. Síntesis General, Primera Parte.

La historia del Cristianismo ha pasado por diversas etapas, todas muy distintas, fases en las cuales se han hegemonizado ciertas visiones, pero que siempre han tenido alguna resistencia por mínima que esta sea, por lo mismo históricamente en el Cristianismo ha existido una enfrentamiento de posiciones, un enfrentamiento de interpretaciones, en cuanto a cual es el papel que como cristianos debemos jugar en la sociedad.
Los primeros cristianos surgen como un grupo de personas que guiados por Jesucristo, se ganan el odio de las estructuras establecidas en la época, romanos y judíos ven con temor a este movimiento de “locos”, que guiados por otro “loco”, desestabilizaban el orden impuesto por el Imperio Romano. A raíz de lo anterior son calificados como subversivos e insurgentes, son fuertemente reprimidos, pero eso no impide que establezcan comunidades en que la igualdad de los hermanos resulta un elemento esencial en la construcción del nuevo orden que se quiere lograr. Este nuevo orden necesita del compromiso de “Hombre nuevos” que entiendan y practiquen el mensaje de Dios, que día a día apliquen la praxis cristiano liberadora, y de esa forma se liberara al pueblo de Cristo de las amarras de un Imperio déspota y hegemónico. Pues bien, podríamos decir que los cristianos, son de los primeros pueblos “revolucionarios” de la historia, son los primeros en practicar la llamada “Revolución Cultural” de Gramsci, son los primeros en generar la llamada “Crisis Orgánica”, son los primeros en demostrarle al mundo que puede desestabilizarse un imperio, con un pueblo organizado, comprometido y consecuente, y claramente hoy en día somos muchos los cristianos que nos sentimos llamados a poner en practica ese testimonio. No es casualidad que Engels en la Introducción de “La Guerra Civil en Francia” de Carlos Marx, afirmase, “actuaba también en el Imperio romano un peligroso partido de la subversión. Este partido minaba la religión y todos los fundamentos del Estado; negaba de plano que la voluntad del emperador fuese la suprema ley; era un partido sin patria, internacional, que se extendía por todo el territorio del Imperio, desde la Galia hasta Asia y traspasaba las fronteras imperiales. Llevaba muchos años haciendo un trabajo de zapa, subterráneamente, ocultamente, pero hacía bastante tiempo que se consideraba ya con la suficiente fuerza para salir a la luz del día. Este partido de la revuelta, que se conocía por el nombre de los cristianos, tenía también una fuerte representación en el ejército; legiones enteras eran cristianas.”
Hablamos entonces de una verdadera revolución, una revolución cristiana, una revolución que hizo sucumbir al más grande Imperio de la historia presente. Lamentablemente las comunidades cristianas de base fueron excluidas del proceso de instalación del Cristianismo, la religión se convirtió en un instrumento más del Imperio para someter pueblos, y en el nombre de Dios se propago el Diablo. Esto tuvo su mayor eco en la Inquisición, periodo en que definitivamente los “pontífices” se olvidaron por completo del verdadero mensaje de Dios, y el testimonio de su hijo en la tierra, quien murió por los más pobres y desposeídos. La Iglesia Católica por esos siglos se convirtió en una herramienta conservadora, que tenia por misión adormecer el sentido critico de la humanidad, sometiéndola a una supresión total del pensamiento, extirpándole toda ansia de justicia, instrumentalizando la figura de Dios para mantener las cuotas de poder que se negociaban entre el clero y la nobleza, la Iglesia inquisidora avalo un régimen de desigualdad e inhumanidad que esta en contra de toda la concepción cristiana de la persona humana. Es a partir de lo anterior que surge Lutero y la Reforma Protestante, no es casualidad, y así también nacen corrientes dentro de la Iglesia Católica, mucho más progresistas y liberadoras, los jesuitas se alzan como la Orden llamada a cambiar las estructuras conservadoras de la Iglesia, y el papel que juegan en la Conquista de América es crucial en torno a la Defensa de Derechos de los Indígenas Latinoamericanos, lo anterior provoca la expulsión de la Compañía de Jesús (Jesuitas) de los territorios de América, por orden de las Reformas Borbónicas en 1767 apoyadas por el Vaticano. Aquí vemos divisiones que demuestran la gran influencia del poder y la ambición en las decisiones y caminos señalados en la Curia Romana, impidiendo cambios estructurales a favor de justicia social, en que tanto insiste Jesús y su mensaje.
Esto constituye una primera síntesis de la extensa disputa de visiones que se ha desarrollado en torno a Cristo y su mensaje, y como las fuerzas burguesas dentro de la iglesia católica y el cristianismo en su conjunto, han impedido en innumerables ocasiones que el mensaje de Jesús se convierta en una de las principales armas para luchar por justicia social, igualdad y libertad del ser humano. Hace algunos meses leía las declaraciones de un sacerdote belga "la barca de Pedro esta siendo guiada por piratas vestidos de rojo", refiriéndose expresamente a la Curia Romana y su obcecado y eterno afán de mantener a la Iglesia como un Instrumento Conservador y Reaccionario.

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