Vicios Politicos, Parte Primera.

Nadie tiene la menor duda de que la Política esta llena de vicios, es más, los mismos políticos lo admiten y en reiteradas ocasiones desconocen su condición de tales, culpando a la Política, y peor aún, autodefiniéndose Apolíticos. Bueno a mi parecer eso es una "patudez", ya que si la Política tiene mala fama, no proviene precisamente de la concepción natural del concepto, sino mas bien de como algunos operadores políticos han hecho de este arte un lugar en que los principios de buena fe y lealtad no son muy recurrentes. No me gusta cuando la gente critica la Política, personificándola como responsable de los males que afectan a nuestro país. Si la Política es actualmente desvalorada, es exclusivamente por culpa de quienes nos metemos en ella, sin la ambición de hacer bien las cosas, de pensar en un bien común, de no ser individualistas, ni mediocres en nuestras ideas, en fin de no tener la convicción de querer mejorar las condiciones de vida de aquellos que mas lo necesitan.

El camino político que siguen los jóvenes actualmente esta diseñado desde una perspectiva muy pragmática, y esto se evidencia en muchos de nuestro legisladores, que mas que por convicciones y principios políticos concretos, están ahí porque el partido vio en ellos una buena carta para GANAR LAS ELECCIONES, NO, PARA CONTRIBUIR AL PAÍS legislando, es decir nuestros afanes cortoplacistas le ganan a lo que realmente importa, hacer de nuestro país un lugar mejor para su gente. Lo anterior es un fiel reflejo de los Vicios Políticos, los cuales nacen desde la etapa política juvenil, y a medida que pasa el tiempo resulta mas dificultoso el saneamiento de estos. El líder político en muchas ocasiones tiende a perder su naturalidad, su verdadera identidad, en jerga chilena, "el político se torna cuatico", hasta la risa le cambia, su forma de caminar no es ni parecida a la que solíamos ver, bueno, en fin, una serie de costumbres cambian la personalidad de estos sujetos. Sin embargo, no nos podemos quedar con los brazos cruzados, por lo mismo la formación del político chileno, sea del partido que sea, tiene que ir de la mano de la autenticidad, trasparencia e identidad del sujeto mismo. Seamos actores, no payasos políticos.
Los anteriores vicios mencionados no son graves, pero creo que seria positivo ir cambiándolos, y sacarlos definitivamente de nuestro actuar político, volvamos hacer de la Política un arte sincero y transparente, nosotros los jóvenes somos los llamados a dar vuelta el asunto, imitemos a aquellos que vale la pena imitar, aquellos que lograron cambiar Chile y el Mundo, pero no de la mano de Apariencias, sino mas bien desde una visión clara, autentica y simple, que se manifestaba en la actitud cotidiana de esos personajes, y no nos asustemos, que aun quedan muchos buenos políticos, a ellos hay que afianzar, a ellos tenemos que apoyar, y poco a poco ir limpiando la política, volviendo a hacer de ella la ciencia o arte destinada a producir el bien común por sobre todas las cosas.